Es la capacidad para manejar las emociones de forma apropiada. Supone, entre otras cosas, tener buenas estrategias de afrontamiento y capacidad para autogestionar emociones potenciadoras.

Desarrollar autonomía supone fortalecer habilidades relacionadas con la capacidad para autogestionarse a uno mismo. Incluye la autoestima, la automotivación, la responsabilidad y la resiliencia. Entrenar la autonomía posibilita que los estudiantes puedan tomar decisiones informadas, asuman la responsabilidad de sus acciones y aprendan de sus experiencias.

Es la capacidad de comprender los estados emocionales en los otros y mantener buenas relaciones interpersonales. Integra empatía, asertividad, habilidades de comunicación y escucha activa, cooperación y respeto.

La incorporación de hábitos y comportamientos responsables permite organizar el tiempo, los vínculos y las tareas de manera que integren experiencias de bienestar y satisfacción, tanto a nivel personal como social. En este contexto, el mindfulness se presenta como una herramienta valiosa en una era tan dinámica y exigente. Practicar mindfulness ayuda a los estudiantes a enfocarse en el presente, reducir el estrés y mejorar su capacidad de atención y concentración. Al desarrollar una mayor conciencia de sus pensamientos y emociones, los estudiantes fortalecen su resiliencia y adoptan una actitud más positiva ante los desafíos cotidianos. Esta práctica no solo contribuye al bienestar individual, sino que también mejora la calidad de las interacciones sociales y refuerza el sentido de comunidad dentro del entorno educativo.

En Austin, la educación emocional y social se implementa de manera transversal en todos los niveles y áreas educativas, garantizando que todos los estudiantes reciban un apoyo integral. Este enfoque incluye talleres, convivencias y círculos de confianza entre los estudiantes. Nuestra metodología 360° implica la implementación de dispositivos específicos que permiten trabajar de manera conjunta con estudiantes, docentes y familias, promoviendo así una cultura de bienestar emocional. Desde Austin fomentamos la empatía, la cooperación, el sentido de pertenencia, la resiliencia y la autorregulación. A través de esta colaboración integral, buscamos no solo fortalecer el bienestar individual de cada estudiante sino también crear un entorno escolar positivo y solidario, donde el aprendizaje y el crecimiento personal prosperen en una sinergia emocional posibilitante de nuevas oportunidades.